“Las Cuatro Estaciones” es considerada una de las grandes obras del compositor Antonio Vivaldi y revelan detalles de la vida diaria en la época barroca, todo a través de cada uno de los poemas que acompañan a los conciertos dedicados a las estaciones del año.
Los conciertos de "Las Cuatro Estaciones" los compuso Vivaldi entre 1720 y 1723, para luego publicarlas en Ámsterdam en 1725 como parte de un conjunto de 12 conciertos, el Opus N.8 con el lema “la lucha entre la armonía y la invención”.
“Las Cuatro Estaciones” están inspiradas en los retratos del artista italiano Marco Ricci y cada concierto se compone de tres movimientos con uno lento entre dos movimientos rápidos. Desde el primero momento fueron considerados de los programas musicales más arriesgados.
Los poemas que acompañan a “Las Cuatro Estaciones” relatan más de la época y brindan la imagen de lo que Vivaldi quería representar con cada uno de los conciertos. En ellos se pueden conocer detalles de la vida diaria en la época, incluso una vida de excesos.
Poemas de “Las Cuatro Estaciones”
Un soneto acompaña a “Las Cuatro Estaciones”, cada uno de ellos escrito con especial cuidado y precisión para coincidir con la melodía y los detalles que se desean expresar de cada estación.
Por ejemplo, en la primavera el compositor relata cómo la vida cambriana es completamente feliz acompañada del sol y la tranquilidad. Mientras que en el verano no parecía ser tan apetecible pues señala que el calor atonta y la lluvia empapa.
Aunque, el otoño puede revelar más detalles sobre los excesos de la época por el soneto que lo acompaña y cuyos versos describen figuras y momentos en los que se disfrutaba de fiestas y bailes, así como bebidas alcohólicas.
“Celebra el rústico, con bailes y cantos
La feliz vendimia y el alegre placer
Y del licor de Baco encendidos tantos,
Acaban con sueño su gozo.
Adagio molto
Hace cada uno saltos y bailes y cantos
El aire que templado da placer,
Y la estación que invita a tantos
De un dulcísimo sueño al bello gozo.
Allegro
Cazador que al alba sale a la caza
con cuernos, escopetas y jaurías salen fuera
Huye la fiera, y la rastrean;
Ya sorprendida, y agotada por el gran ruido
de escopetas y perros, herida amenaza,
Lánguida, con huir, pero abrumada muere”.
Con información de medios
cvg