CINE

Me da lo mismo una película de arte que una comercial: Jorge Ayala Blanco

El historiador y crítico regresa con dos letras más de su “abecedario del cine nacional”: “La orgánica del cine mexicano” y “La potencia del cine mexicano"

CULTURA

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Jorge Ayala Blanco.Jorge Ayala Blanco. Foto: Especial Créditos: Foto: Especial

Pensar que el cine mexicano es exitoso por el número de películas que cada año se realizan es “algo artificial”, dice el conocedor más decano de la cinematografía nacional, Jorge Ayala Blanco (Ciudad de México, 1942). Hace ya 53 años que inició, con “La aventura del cine mexicano” (Era, 1968), su analítico caleidoscopio de la producción fílmica y sabe que el gran problema sigue siendo “el contacto” que el público tiene con el cine hecho en México. 

Tras la irrupción de la pandemia, Ayala Blanco piensa que el fenómeno es irónico: por  una parte, se dio una “sobreoferta” de cine nacional en el confinamiento, pero por otro lado, las películas siguen sin estrenarse y, por lo tanto, sin ser vistas. En su labor como profesor y especialista, sin embargo, el repaso de lo que se está realizando no cesó y justo cuando las cosas comienzan a tomar tintes de normalidad, el historiador presenta dos nuevos títulos de su incansable “abecedario del cine mexicano”: el 16 y 17.

Uno es “La orgánica del cine mexicano” y el otro “La potencia del cine mexicano”, dos conceptos que, dice, dan cuenta por dónde va el cine nacional. Ambos son editados por la ahora Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la UNAM y son el pretexto para charlar con el crítico, a quien la pandemia ha permitido trabajar a marchas forzadas y tener listo ya el libro de q y el de la r con 85 por ciento de avance. 

-¿Por qué orgánica del cine mexicano? 

“Hay una enorme cantidad de conceptos con la letra o; en el momento en que estoy pensando el libro me doy cuenta por dónde va el cine mexicano y el término que tengo que usar en el título es programático, empiezo a recibir todas las películas desde ese punto de vista o desde esa operación que voy a ejercer. Había términos muy chistosos como por ejemplo la ociosidad, que si las hay (películas) pero no todas lo son, en cambio todas las películas pueden ser entes vivos, organismos vivos dentro de su organicidad. Son 100 películas vistas desde esta perspectiva, después cae la guillotina y empiezo otro libro”.  

-¿Y la potencia? 

“Me gusto el término porque despliega una serie de posibilidades, me encontré con esta palabra que es sinónimo de poder, es un sinónimo de algo que se maneja mucho en términos de energía, la energía potencial, y también una energía de posición, energía potenciada en términos de mi formación como Ingeniero Químico, me funcionaba perfectamente esta idea de potencializar algo y algo que está en potencia, fue un verdadero descubrimiento y me funciono muy bien, pero ya con un corpus de películas que empezaron en mayo de 2019 y que vine a terminar en los primeros meses del confinamiento”. 

En agosto, la secretaria de Cultura Alejandra Frausto habló de una nueva “época de oro” del cine mexicano por el número de películas que se están haciendo, ¿qué opina?

“El problema es que es una falsa bonanza porque se hacen más de 175 largometrajes y no se estrenan más allá de 70, 75, es algo artificial y además, había una relación muy perversa entre los fideicomisos, el proteccionismo entre comillas, el Imcine, era una relación ambigua porque cualquiera podía hacer una película, pero nadie podía recuperar un sólo centavo, había que inflar los presupuestos y vivir de la exención fiscal y de las compañías que servían a la exención fiscal, era un relación viciada que por supuesto era como un parche sobre un parche y sobre otro parche. En el momento que desaparece esto ¿qué situación estamos viviendo?, pues la vamos a ver, no puedo prejuzgar, a lo mejor va ser otro tipo de bonanza o a lo mejor va ser algo espeluznante”. 

-¿El problema sigue siendo la distribución? 

“El verdadero problema sigue siendo el contacto con las películas, yo soy profesional y me cuesta trabajo a veces ver las películas. Claro, con el confinamiento fue muy curioso, hubo una especie de sobreoferta de películas, entrabas a Filmin Latino y te encontrabas tres o cuatro estrenos. Es un poco esta ironía, es un hombre tan moderno como nos sentimos todos los que estamos vivos, y es exactamente lo mismo, creer que cada época más o menos de cierto auge, numérico o de cualquier tipo, es una época de oro. Claro, era una época de oro que estábamos viviendo prácticamente sin espectadores”. 

-¿Qué opina de los cambios como la extinción de los fideicomisos?

“Me parece un cambio un tanto temerario por supuesto, pero finalmente la realidad es la que lo va demostrar en qué tipo de películas, cómo se van a exhibir y con qué mentalidad se van a realizar, qué van a decir esas películas, eso es lo que realmente las vuelve apasionantes. Yo veo temerarios los cambios y siempre son impredecibles”. 

-¿Cuál es el método de Ayala Blanco para analizar una película?

“Ir desmontando poco a poco la película, pero considerada como un organismo vivo, con un acercamiento muy respetuoso, no es juzgar las películas, no considerar que es mejor una película supuestamente de arte o una película super popular, me da exactamente lo mismo, todas las películas son casos diferentes, son películas caso; el acercamiento es múltiple, polivalente, porque una película tiene muchos significados, es irla como acercandola a ti, acosandola, pero con la idea de que la película te dicta su forma de ser vista, te exige una manera de que tu la enfoques, como si fueras una especie de taquígrafa de la película, ella te está dictando y tu tomas las notas, por eso puede ser un acto de lo más gozoso porque cada película cambia sustancialmente y te mete dentro de su mentalidad. Son diferentes formas de ver una película, no sólo de qué pie cojea sino es algo más profundo, se trata de encontrar la esencia de la película, así sea la película más pavorosa de la tierra que a veces tienen planteamientos más interesantes pero fallidos”.

DRV