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Cumbia y reguetón inspiran música de cámara seleccionada en el concurso Arturo Márquez

La pieza del sonorense Rolando Ángel estás basada en los ritmos populares que escuchó desde niño; su pieza es una de las menciones honoríficas del Concurso de Composición Arturo Márquez

CULTURA

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Para integrar los ritmos populares a “Resiliencia o el valor de lo ordinario”, el compositor uso en el caso de la cumbia el güiro.Créditos: Especial

Rolando Ángel (Sonora, 1989) siempre vio con recelo la opinión de algunos músicos de concierto sobre la música popular. En el estado norteño donde nació, creció escuchando cumbias y luego también incorporó el reguetón a su gusto musical.

Ambos géneros populares, muchas veces estigmatizados, han dado al compositor una de las menciones honoríficas del Concurso de Composición Arturo Márquez para Orquesta de Cámara 2020. Su obra, “Resiliencia o el valor de lo ordinario”, está basada en el “sabroso” ritmo del reguetón y la cumbia.

“Lo que intente hacer es una pieza que integrará los elementos del reguetón y de la cumbia y tratarlos de pulir e integrarlos al discurso clásico moderno de la música de orquesta para hacer algo de calidad y algo con identidad porque en el norte se escucha mucha cumbia y es un poco distinta a la del sur”, cuenta en entrevista con El Heraldo de México.

La pieza de Rolando fue seleccionada junto con la “Suite for Chamber Orchestra”, de Gerardo Sánchez Rodríguez (Ciudad de México, 1995) como las dos menciones honoríficas de este año. Las ganadores fueron “Embrujo deconstructivo”, de Uriel Hernández Callejas (Pachuca, Hidalgo, 1995); “Tecuciztécatl”, de Johan González Morales (Tepeaca, Puebla, 1998) y “Chinelo Mitotiani”, de Omar Arellano Osorio (Jiutepec, Morelos, 1995).

Como en otros años, la particularidad de las obras seleccionadas, cuenta el compositor Arturo Márquez, es que las piezas tienen en la música popular y tradicional sus orígenes.

En el caso de Rolando, la composición surge de su propio gusto: “Realmente la primera música que escuche de joven fue la popular, después un poco de rock y ya después en el Conservatorio me metí completamente en la música clásica y ahora, después de muchos años, realmente escucho de todo, me gusta mucho la música árabe, el reguetón, la cumbia, los clásicos como Beethoven, Mozart y todo los demás”.

El sonorense comenzó a componer a los 18 años, cuando entró al Conservatorio de Música de Chihuahua: “ahí fue mi formación, pero realmente dure sólo cuatro años, no soy licenciado, poco a poco me fui apartando de ese medio y me dedique a otra cosa, pero siempre he seguido componiendo”.

Para integrar los ritmos populares a “Resiliencia o el valor de lo ordinario”, el compositor uso en el caso de la cumbia el güiro y en el caso del reguetón, “siempre hay un ritmo que toca la tarola y la batería, que en ese ambiente se conoce con dembow, es el ritmo que toda la música de reguetón tiene  y yo lo meto en la orquesta, a veces lo tocan los trombones, el piano, el arpa y así me lo voy llevando”.

Más allá de las letras que contiene, “el valor que encuentro en el reguetón es el ritmo, musicalmente me gusta, es maravillosa la música, es música del Caribe que técnicamente es muy hermosa, es música muy sabrosa y se puede integrar en un discurso clásico a la Stravinsky, a la Bartók”, agrega.

Con apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), el Patronato del

Centro Cultural Roberto Cantoral y la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), el concurso ha propiciado la creación de más de 350 obras y ha reconocido a más de 20 jóvenes creadores que han profundizado en ritmos como danzón, tango, huapango, canto cardenche, son jarocho, pirekua, salsa, cumbia, bachata y mambo, entre otros.

La pandemia ha retrasado el estreno de las piezas ganadoras del Concurso de Composición Arturo Márquez, pero los organizadores del certamen esperan que en 2021, puedan finalmente ser escuchadas.

Por Luis Carlos Sánchez

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