MOLTI DIVERSI

El pedregal de mis amores

Cada día le tengo más cariño, y más asombro a quienes no lo reconocen como una joya arquitectónica y un comienzo de varias corrientes culturales de México

OPINIÓN

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María del Mar Barrientos / Molti Diversi/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Nací y viví aquí. Pero cada día me enamoro más de mi adorado Pedregal. El artista Diego Rivera fue el primero que enalteció la piedra volcánica tan característica de esta zona, después el arquitecto Luis Barragán tuvo la visión de construir una de las más bellas casas en este lugar. Reconoció a la roca volcánica y la hermosa vegetación como fuente de inspiración para crear lo que hoy es.

Siempre me ha parecido asombroso, algunas veces hasta me acostumbro, pero entre más van pasando los años, entiendo lo afortunada que he sido de crecer junto a esta piedra volcánica, que tanto representa en el mundo del arte, la cultura y la arquitectura de este país.

Sin embargo, cada día veo a varios vecinos de la colonia que no entienden, o ni siquiera tienen conocimiento del espacio que habitan. Casas con arquitectura típica que son demolidas, o remodeladas, y es que “está muy viejo todo”, es lo que dicen.

Fui a ver la exposición “Monumental. Dimensión pública de la escultura”,  curada por el artista Pedro Reyes, en el Museo de Arte Moderno. Un recuento crítico de la producción escultórica de México entre los años 1972 y 1979. Lo que más me llamó la atención y provocó asombro fue que muchas de estas revisiones tienen que ver con el Pedregal, desde el Espacio Escultórico de la UNAM hasta la casa de Juan O’Gorman.

El Espacio Escultórico, ideado por el escultor Federico Silva durante 1977 e inaugurado en 1979, quien buscaba plasmar las artes plásticas, y el movimiento escultórico geométrico en un entorno natural. La obra está localizada en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel. Sin embargo, en la exposición explican que fue alterado por la construcción del Edificio H, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Otro de los tesoros de los que habla esta exposición es de la casa estudio del pintor y aquitecto mexicano Juan O’Gorman, que fue una de las más polémicas del siglo XX. Conocida también como  la Casa Gruta, se construyó de 1948 a 1952 y se caracterizó por incorporar una cueva de origen natural en su programa arquitectónico. En 1969 se vendió la propiedad a la escultora Helen Escobedo.  O’Gorman dijo en su autobiografía que la única condición que les había impuesto para venderla era que se conservara tal cual. Sin embargo, no fue respetada, y en esta exhibición  se habla del descontento de varios críticos de arte, al ser demolida por los nuevos dueños.

Como estos dos ejemplos, hay varios en los que se ve involucrado el Pedregal, su roca volcánica y sus jardines, en donde llegan intrusos y poco conocedores a tirar obras y hacer creaciones “más modernas”, sin tener conocimiento de las joyas que tienen en sus manos.

Soy una fiel amante del Pedregal, con sus casas antiguas, de un solo piso, la roca volcánica que entra a los espacios interiores, los jardines despeinados, casi selváticos, y sí, con el tlacuache, la serpiente y el alacrán, o los múltiples animales que se esconden debajo de las piedras.

El Pedregal es, sin duda, una joya arquitectónica que ha influido a nuestro país y al mundo entero.

POR MARÍA DEL MAR BARRIENTOS
MARIMAR.BARRIENTOS@ELHERALDODEMEXICO.COM
@MARIMARBAT

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