FUERA DE TONO

López Gatell, el villano cómodo

Golpear a una figura tan popular como AMLO no genera grandes dividendos. En cambio, les funciona apuntar contra Hugo López-Gatell

OPINIÓN

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Hernán Gómez Bruera / Fuera de Tono / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

López-Gatell se ha convertido en el villano favorito de una forma muy conveniente para varios. A unos y otros parece servirles que el subsecretario pague los platos rotos por el manejo de la pandemia. Resulta útil a la oposición, pero también al gobierno federal.

Para la oposición, la disputa electoral necesita personificarse en un adversario visible. Golpear a una figura tan popular como AMLO no genera grandes dividendos y puede ser contraproducente. En cambio, les funciona apuntar contra Gatell.

Con una elección en puerta, a todos les conviene hacer de este el responsable de la tragedia actual. A los gobernadores, desde luego, para que el foco no esté en ellos, su popularidad no se desplome ni afecte a sus candidatos. Porque de esa forma no se habla de las omisiones que han tenido las entidades federativas, a pesar de ser autoridades en materia sanitaria según el artículo cuarto de la Ley General de Salud.

Para los aliancistas es más cómodo convertir a López Gatell en el Josef Mengele  de la 4T —como ha hecho cierta odontóloga, hoy principal referente intelectual de la oposición— que seguirle la pista al turbio manejo de los recursos financieros de Enrique Alfaro en medio de la pandemia; que hablar de la fiesta que organizó Diego Sinhué en Guanajuato junto a otros gobernadores; que discutir cómo el gobierno de Tamaulipas ocultó los apoyos del gobierno federal para hacerlos pasar por insumos comprados por el estado (shorturl.at/gsHN5) o que hablar de la forma en que el secretario de Salud de Querétaro reconoció haber mentido sobre el número real de camas disponibles para evitar “atraer pacientes al estado” (https://bit.ly/36RDTF5).

Lo perverso quizás es que no sólo a la oposición le conviene que todo se trate de López Gatell. También a las cabezas de instituciones federales. Porque mientras estamos distraídos en discutir si el vocero de la pandemia se equivocó al irse de vacaciones o en quitarse el cubrebocas, no hablamos de lo que le está pasando al sistema de Salud en su conjunto, de las responsabilidades de actores que llevan a cabo labores operativas y de otros que deben coadyuvar en diversas tareas.

Mientras nos obsesionamos con el vocero, no estamos hablando del papel del IMSS y mucho menos del ISSSTE (o incluso de sus respectivos sindicatos) y los institutos de salud. Tampoco del Consejo de Salubridad General, del INSABI, de las secretarías de Bienestar, Defensa Nacional o Economía.

Evidentemente, el que Hugo López-Gatell se situé en medio de la discordia, hoy le conviene a muchos actores políticos. La pregunta que habríamos de hacernos es si eso sirve a los propósitos de una deliberación pública constructiva y racional o incluso a la ciudadanía, los enfermos y la memoria de los que se han ido.

POR HERNÁN GÓMEZ BRUERA
HERNANFGB@GMAIL.COM
@HERNANGOMEZB

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