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Cuba y su "Momento coyuntural"

Se vive un déjà vu, hay falta de alimentos y energía, como ocurrió tras la caída del bloque soviético

OPINIÓN

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¿Ya llegó el barco?”

Era la pregunta que insistentemente hacían los cubanos la semana pasada, mientras la isla enfrenta un desabasto de petróleo que ha llevado al racionamiento de combustible, apagones eléctricos y una parálisis en el transporte público.

“Me encontré un vecino en el ascensor de mi edificio y me preguntó si por fin hoy ‘¿Llegó el barco con petróleo?’ La nación en vilo, un pueblo en ascuas... una población atenta a una nave cargada de combustible fósil... tan fósil como la mentalidad que nos gobierna”, reportó desde cuba la periodista Yoani Sánchez.

Pero el pasado sábado llegó —procedente de Falcón, Venezuela— el barco Manuela Sáenz de la petrolera PDVSA para aliviar, de momento, la crisis energética que incluso ya afectó la operatividad de las universidades.

Pero el combustible, siendo optimistas, durará un par de semanas, hasta que acabe el mes. El Manuela Sáenz tiene una capacidad de 47 mil 144 toneladas, y se ignora la cantidad de combustible que transportó (medios oficialistas guardaron silencio); su línea de flote era evidentemente visible, por lo que se especulaba que llevaba a lo mucho la mitad de carga.

El propio presidente, Miguel Díaz-Canel, ha reconocido que lo que llegó es insuficiente para operar con normalidad.

Cuba enfrenta una profunda crisis energética y escasez de alimentos básicos como pollo, huevo y salchichas, a consecuencia del endurecimiento del bloqueo de EU, que busca asfixiar a los regímenes castrista y chavista, y que ha entorpecido los envíos de gasolina y diésel desde Venezuela.

La población vive un déjà vu. Se teme un “periodo especial”, la dura época de falta de alimentos tras la caída del la URSS en los 90, con cortes eléctricos de 16 horas al día.

El eufemismo con el que el régimen se refiere a la situación, es que hay un “momento coyuntural” en la isla y ha pedido un “ahorro colectivo”, es decir, un “racionamiento”.

La crisis se ha agudizado a tal grado que se recomienda recurrir a caballos y bueyes para transportarse. En la Habana hay problemas para la recolección de basura y el combate al dengue. Universidades han optado por reducir la jornada de clases o incluso cerrar dos días a la semana.

Ante la censura, las redes sociales se han vuelto el medio para mostrar la realidad: filas de cuatro horas en una gasolinería, venta limitada de diésel, banquetas repletas de desespero por un bus y apagones constantes.

Díaz-Canel llama a sus gobernados a tener “la voluntad de resistir”. La población ha soportado durante 60 años, pero el hambre y las carencias nadie las resiste.

POR ALEJANDRA MARTÍNEZ

ALEJANDRA.MARTINEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX 

@ALEJANDRAMTZ_87

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