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Paolo Luzzatto-Fegiz: Luz solar es el coco del Covid-19

Los rayos UVA (con bajo riesgo) podrían ayudar en sistemas de filtración de aire en hospitales

MUNDO

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La crisis sanitaria se está agravando en India por la escasez de oxígeno medicinal y medicamentos, advirtió el jefe del Ejecutivo. Foto: AFPCréditos: Foto: AFP

A más de un año de la llegada del COVID-19, un estudio descubrió que la luz solar inactiva al virus ocho veces más rápido de lo que se predecía, lo que abre la posibilidad de tener nuevas formas para combatirlo.

La investigación se llevó a cabo, luego de que un estudio experimental (2020) probó los efectos de la luz ultravioleta sobre el SARS-CoV-2, en saliva simulada. Registraron que el virus se inactivó cuando se expuso a la luz solar simulada durante 10 y 20 minutos.

"La teoría asume que la inactivación funciona haciendo que los rayos UVB (invisibles que forman parte de la energía que viene del Sol) golpeen el ARN del virus y lo dañen", explicó Paolo Luzzatto-Fegiz, ingeniero mecánico de la Universidad de California en Santa Bárbara y líder del proyecto.

Sostienen que podría haber un mecanismo adicional a los rayos UVB, como el caso de los rayos UVA, que son un elemento menos energético que la luz solar, pero más activo del que se pensaba en un inicio, según el estudio, publicado en la revista The Journal of Infectious Diseases.

Con los hallazgos se podrían obtener nuevas formas de combatir la pandemia de manera accesible. Por ejemplo, están las bombillas LED, con mayor potencia que la propia luz solar natural, capaces de acelerar esos tiempos de inactivación, pero se estudia cómo evitar el daño en la piel. Son económicas, de fácil disponibilidad, y serían una solución en caso de que los rayos UVA sean eficaces. 

Además, podrían usarse para reforzar los sistemas de filtración de aire. Tendría un riesgo relativamente bajo para la salud humana y sería para entornos de alto riesgo, como hospitales y transporte público.

De acuerdo con Luzzatto-Fegiz, no toda luz ultravioleta es igual. Las ondas UV más largas (UVA) no tienen suficiente energía para causar problemas graves; las ondas UVB –de rango medio– son las principales de matar microbios y poner nuestras propias células en riesgo ante la exposición solar.

Se ha demostrado que la radiación UVC –de onda corta– es eficaz contra el virus como el SARS-CoV-2, incluso cuando todavía está envuelto de forma segura en fluidos humanos. Este último tipo de radiación es absorbido por la capa de ozono, por lo que nunca llega a la superficie de la Tierra.

"La UVC es excelente para los hospitales, pero en otros entornos, por ejemplo, cocinas o subterráneos, la UVC interactuaría con las partículas para producir ozono dañino”, agregó la coautora de la Universidad de Oregón, Julie McMurry.

En una comparación, se encontró que el virus SARS-CoV-2 era tres veces más sensible a los rayos UV de la luz solar que la influenza A, y 90% de las partículas del coronavirus se inactivaban después de sólo media hora de exposición a la luz solar del mediodía en verano.

La canciller Merkel homenajeó a los fallecidos por el COVID-19. Foto: AFP

POR SAYURI LÓPEZ

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