Tener pareja y comprometerse con un proyecto de comenzar una vida juntos implica cuidar y dejarse cuidar. Cuando las personas se comprometen a vivir juntos mantienen la esperanza de compartir “hasta que la muerte los separe,” nadie se atreve a verdaderamente a considerar que alguno de ellos podría morir sin el otro.
La fantasía de la muerte del otro son vista como perversas, transgresivas y agresivas.
Por lo que las parejas consideran que la muerte tendría que llegar para los dos juntos, vivir juntos o morir juntos.
Sabemos que la realidad es diferente. En 2019, la esperanza de vida de las personas en México es de 75 años. La de las mujeres es superior a la de los hombres con una brecha de casi seis años, es decir, las mujeres tienen una esperanza de vida de 6 años más que el varón, y si la tradición es que ellos sean mayores que ellas en la elección de la pareja matrimonial, es claro que habrá más viudas que viudos.
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Pero... ¿qué es la viudez?
Viudez es el estado de la persona cuyo cónyuge ha fallecido y que no se ha vuelto a casar. La persona se llama “cónyuge sobreviviente”.
A lo largo de la historia, las viudas, o cónyugue sobreviviente formaron un grupo social con diversas necesidades y realidades. Durante muchos años, la viudez constituyó un problema social ya que los hombres solían ser los encargados de proveer el sustento a la familia. De este modo, cuando el hombre fallecía, la mujer quedaba desamparada y requería de la solidaridad para subsistir. Por otro lado, en algunos casos las mujeres conseguían continuar con los negocios familiares, o bien emprender nuevos.
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Se hizo habitual que las mujeres también desarrollen sus propias actividades laborales o productivas. La modernidad y la cultura líquida han permitido un lugar social que permite reconocimiento de lo femenino a la riqueza cultural y social. Por lo tanto, si quedaban viudas, podían mantenerse ya que no necesitaban el aporte material del ex marido.
Más allá de los cambios sociales, aún se mantienen ciertas tradiciones y ritos respecto a las viudas. Es habitual que la mujer mantenga el luto durante un tiempo, vistiendo de negro para reflejar su dolor. Sufrir depresión es frecuente. E incluso tras un cierto periodo, socialmente se acepta que la persona abandone el luto e incluso que contraiga matrimonio en segundas nupcias. La viuda/o, de esta manera, puede rehacer su vida y formar una nueva familia.
La nueva pareja va a confrontar que el o la fallecida suele quedar en un lugar idealizado, por lo que el reto del nuevo amor requiere de la sabiduría de respetar el lugar del fallecido y generar una nueva relación afectiva que no compita con los atributos que tenía la relación anterior, es decir, el manejo adecuado de los comparativos y de las competencias suele generar malestares innecesarios en las nuevas elecciones. Amorosas.
¿Cómo apoyar a alguien que pasa por un proceso de viudez?
La empatía apoya la posibilidad de un buen duelo, es decir, de que el sobreviviente pueda sentir el dolor de la pérdida y que poco a poco el recuerdo quede menos lastimoso.
También es importante atreverse a organizar un futuro bien administrado y con libertad para buscar bienestar y nuevos horizontes, teniendo la claridad de que se cumplió el término de uno de los episodios de la novela llamada vida de pareja.
La categoría de viudo/viuda suele ser muy elegante, y refiere a las fantasías del imaginario social después de terminar con un compromiso difícil de cumplir como el matrimonio. Sin culpa y con poco temor a la vejez, la viudez puede ser una etapa productiva y divertida.
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